La propuesta que presento para apoyar mi candidatura a la Dirección General del Instituto Nacional de Pediatría para un período de 5 años (agosto 2021–agosto 2026), como lo establece la Ley de los Institutos Nacionales de Salud en su artículo 20.
He aprovechado la oportunidad de colaborar con todos los directores que ha tenido el Instituto desde su fundación hasta la actualidad, de ellos y de muchas otras personas he podido observar y aprender aspectos positivos, como las ventajas de dirigir y administrar tratando siempre que sea posible los consensos y la activa participación de la comunidad institucional, propiciar el desarrollo del capital humano, que representa la principal fortaleza de nuestra institución, facilitando al mismo tiempo la toma de decisiones en base al conocimiento de los tiempos y las formas, tomando en cuenta la sensibilidad de nuestra comunidad y de esa manera facilitar el ejercicio de un liderazgo basado en el conocimiento, la innovación, la responsabilidad, la comunicación, la honestidad, la transparencia, el compromiso, el espíritu de servicio y el ejemplo, aunados a la firme convicción de que el INP puede y merece avanzar hacia niveles de excelencia con el consiguiente beneficio de usuarios y trabajadores, de la sociedad y del país en general.
Por lo aquí señalado, por mi trayectoria dentro de la institución y dentro de la Pediatría nacional e internacional y en especial por el conocimiento que tengo de la institución y de sus trabajadores, por la capacidad de gestión demostrada dentro y fuera del Instituto, considero ésta una oportunidad excepcional para contribuir a la consolidación de los cambios positivos que se han venido desarrollando en los últimos años en la institución y para emprender nuevas opciones en la búsqueda de la eficiencia en el servicio.